Municipios en salud
El 31 de mayo se desarrollará el foro “¿Cómo transformar el sistema de salud desde los gobiernos locales?”[1]. Cuestión plenamente vigente hoy que reconocemos que la salud es un campo que supera largamente el accionar del Ministerio de Salud, además de ser una función obligatoria para los municipios establecida en la Ley Orgánica de Municipalidades que determina la responsabilidad de éstos de gestionar la Atención Primeria de la Salud (APS), tanto en provincias como en distritos; es decir, contamos con más de dos mil entidades públicas autónomas y diversas para construir salud.
La APS no es la gestión de los establecimientos de salud del primer nivel,
sino la construcción colectiva de mejores condiciones de vida y de salud, en la
que la participación comunitaria es pieza clave, así como el involucramiento de
todos las entidades y organizaciones presentes en determinado territorio
priorizando promoción y prevención; los municipios también tienen competencias
para construir y equipar centros de salud coordinado con la región o el
gobierno nacional. Mantienen atribuciones clave que no están siendo explotadas.
Modelo Hospital de la Solidaridad
De hecho, los gobiernos locales en su enorme mayoría, cuentan con grandes limitaciones
presupuestales y de gestión, así como exigencias inmediatas de los vecinos, lo
que los aleja de una mirada territorial e integral. Durante el presente siglo
su abordaje de la salud en las zonas urbanas ha tenido la impronta del modelo
“Hospital de Solidaridad”, que en distintas versiones siempre recuperativas y
lucrativas, ha sido el esquema más visible de su acercamiento a la salud;
mientras que los municipios rurales transitan principalmente una agenda que
depende de la voluntad de los sectores para financiar ciertos proyectos.
Volviendo a la pregunta; los gobiernos locales sí pueden transformar tanto
el sistema de salud como la propia salud de sus comunidades, ya que cuentan con
competencias abarcadoras para ello; pero necesitan dos condiciones: liderazgo del
alcalde o de un equipo que asuma la salud con enfoque territorial, e incentivos
desde otras entidades del Estado para impulsar acciones puntuales o generales
para la mejora de la salud.
Toldos, sillas y serenazgo
La pandemia exigió a los gobiernos locales respuestas inmediatas a favor de
sus vecinos que el MINSA no estaba preparado para brindar. Los municipios se
pusieron a disposición y solicitaron reiteradamente información acerca del
COVID en sus territorios, los ministros en el Salón Verde expresaban su
voluntad e indicaban trabajar estrechamente con ellos, pero las cosas se
terminaban entrampando por la negativa de los funcionarios al trabajo conjunto de
responsabilidades distintas pero articuladas. Y es que el sector mira a los
municipios todavía como agentes logísticos, de seguridad u operadores de
indicaciones, y no como parte de un abordaje conjunto entre ambas instancias.
Confiemos en que la remecida pendémica influya en modificar este sentido común en
la cuadra ocho de Salaverry.
Redes Integradas y Consejos de Salud
Organizativa y normativamente estamos ante una gran oportunidad con el proceso de conformación de Redes Integradas de Salud, que para funcionar requieren de un espacio de gobernanza en el cual el gobierno local debe asumir un rol principal conduciendo el proceso de abordaje de condiciones salud, en coordinación con la autoridad sanitaria; si abordamos no sólo la atención sino las condiciones de salud desde la promoción y la prevención, sin duda son los espacios en los que el municipio es el conductor legítimo, los que hoy deben gatillar planes locales de salud en los que el MINSA cumple su rol y orienta, pero los demás actores también asumen compromisos y responsabilidades.
Este es el sentido del DS 032 2020 SALUD, promulgado en diciembre de 2020,
que reglamenta el DL 1504 de abril del mismo año, que modificó la estructura y
conformó el Sistema Nacional de Salud, incorporando a los Gobiernos Locales y a
los actores del territorio como parte de éste, entregando a los alcaldes la
Presidencia de los Consejos Provinciales y Distritales de Salud y a la
autoridad sanitaria local la coordinación de las acciones territoriales en
salud. Este instrumento normativo es clave para que los municipios fortalezcan
las Redes Integradas de Salud, pero sobre todo se desplieguen acciones
territoriales y comunitarias con recursos que se sumen a los de los centros de
salud.
Asimismo, es muy relevante el Programa de Incentivos a la Mejora de la
Gestión Municipal, las llamadas Metas que el MEF coordina con los sectores, de
las que el MINSA cuenta con dos muy amplias que permiten abordar dos temas importantes
para la salud pública. La Meta 4 que llega a casi novecientos municipios en
todo el país, destinando cincuenta y cinco millones de soles anuales para
financiar las visitas domiciliarias de cerca de veinte mil promotoras de salud[2]
para el seguimiento y prevención de la anemia; y la Meta 6, que llega a los
doscientos distritos más poblados del país para impulsar en los mercados de
abasto alimentación saludable y entrega de alimentos a las ollas comunes,
además de capacitar a los comerciantes en el cuidado de la salud (las dos gestionadas
por la Dirección de Promoción de la Salud con equipos específicos para tal fin)[3].
Ambas pueden ser replicadas por todos los municipios que no están considerados
por el MEF en el esquema de incentivos, que debería llegar a la totalidad de
municipios.
La coyuntura es la más propicia para que el involucramiento de los
gobiernos locales en salud deje de ser visto por el MINSA como accesorio,
subordinado o de acompañamiento logístico. Este tránsito pasa, como en la
mayoría de temas de salud pública, por abrir las responsabilidades en salud de
forma territorial; y eso requiere decisión. Lo positivo es que existen
autoridades regionales de salud y alcaldes que se la vienen jugando y
construyendo procesos a partir de los recursos existentes o generando sinergias
en bien de la comunidad.
Alexandro Saco
Cajamarca, 24 de mayo de 2022
[1] Organizado por la municipalidad de San Borja con la
participación de cinco ex ministros de salud.
[2] Desde el 2019 se
destinan en la ley de presupuesto 50 millones a los gobiernos locales para el
estipendio de las promotoras de la salud (450 soles mensuales en promedio), y 5
millones al MINSA para un equipo de 60 gestores que hace el seguimiento y
monitoreo a los gobiernos locales y a los centros de salud a nivel nacional.
[3] Me cupo la responsabilidad de dirigir el 2019, 2020 y
2021 la Meta 4 desde la Dirección de Promoción de la Salud y dejar encaminado
su mejoramiento para el 2022, así como de gestar la Meta 6 desde que se inició
en los mercados para prevenir COVID, logrando insertarla en el programa presupuestal
de Enfermedades No trasmisibles para abarcar desde 2022 la alimentación
saludable.
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